Envíos dentro de 24 horas por Starken y Retiro en el Local en horario a elección

Mi nombre es Salvador, aunque todos me dicen Sandy, y soy el alma detrás de Dulce Sandy. Este sueño nació en enero de 1995, movido por un profundo amor familiar: quise rendir tributo en vida a mis padres, quienes celebraban 75 años de matrimonio

Fue así como nacieron los dulces “Inseparables”, pensados como símbolo de ese amor eterno, como el de mis queridos padres. Esos mismos dulces –hechos con cariño, oficio y respetando nuestra tradición local– son los que hoy han viajado por el mundo, llevando un pedacito de Curacaví en cada bocado.

Esta no es solo una historia de dulces. Es una historia de amor, de vida compartida, de memoria viva.

Todo comenzó con una pregunta ¿Cómo honrar setenta y cinco años de matrimonio? ¿Cómo rendir homenaje a dos personas que juntas construyeron una familia, siete hijos y una historia?

Así fue como nació el homenaje “Los Inseparables”: dos dulces distintos que solo tienen sentido juntos, reflejando amores verdaderos que el tiempo no ha podido romper.

Este dulce fue creado para ellos… pero también para todos aquellos que llevan décadas caminando lado a lado, para los que celebran aniversarios rodeados de hijos y nietos, para los que aún se miran como la primera vez.

Y aunque fue pensado desde un rincón de mi corazón, hoy ha cruzado fronteras.

Una escuela culinaria francesa lo reconoció y lo bautizó con el nombre más hermoso que pudo recibir: “Una dulce historia de amor”. Y hasta ahora mis padres son INSEPARABLES en el cielo.

Lo que diferencia a Dulce Sandy no es solo el sabor: es la forma en que hacemos las cosas.

PRIMERA CALIDAD

Ocupamos materia prima de primera calidad, seleccionada con rigurosidad.

PROCESO TRADICIONAL

Conservamos procesos tradicionales que priorizan el tiempo, la textura, el detalle y el cariño por sobre la producción masiva.

ARTESANAL

Cada producto es elaborado por manos artesanas, mujeres dulceras con años de oficio.

Innovación sin perder la raíz

En Curacaví abundan los buenos dulces, pero nuestra filosofía es ir siempre un paso adelante, sin traicionar nuestras raíces. Por eso hoy contamos con más de 14 variedades, entre las que destacan innovaciones como:

  • Dulces típicos reversionados

  • Líneas para diabéticos, celíacos y pronto veganos

  • Un proyecto en marcha junto al Comité Olímpico de Chile para crear el primer dulce chileno proteico para deportistas.

Es un homenaje vivo a la familia, a la artesanía chilena y a Curacaví.
Es pasado, presente y futuro… hecho dulce.